Por: Blanca Lucía Echeverry, coordinadora nacional de IRI-Colombia.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) presentó recientemente el informe “Monitoreo de la Superficie de Bosque y la Deforestación en Colombia – 2023”, que ofrece una visión detallada y actualizada sobre la dinámica de la deforestación en el país, con un enfoque especial en la región amazónica.
Este informe es de vital importancia, no solo por los datos precisos que proporciona, sino también porque permite a los diferentes actores involucrados en la conservación y el manejo de los recursos naturales evaluar la eficacia de las políticas implementadas y planificar futuras acciones.
La deforestación es uno de los principales problemas ambientales que enfrenta Colombia y afecta directamente la biodiversidad, el clima y las comunidades locales que dependen de los bosques para su sustento.
Según el reporte del Ideam, a nivel nacional se observó una tendencia decreciente en las tasas de deforestación durante el año 2023, con una significativa reducción del 38% en la región amazónica. En números concretos, en 2022 se deforestaron 71.185 hectáreas de bosque en la Amazonia, mientras que en 2023 esta cifra disminuyó a 44.274 hectáreas. Esta disminución es un indicativo de que las estrategias implementadas están comenzando a dar frutos.
Especialmente relevante es el desempeño de los departamentos que conforman el “arco de la deforestación”. En estos territorios se ha logrado una notable desaceleración en la pérdida de cobertura forestal. En el departamento de Caquetá, la deforestación disminuyó en un 34%; en Guaviare, la reducción fue del 27%; y en Putumayo, la disminución alcanzó un impresionante 52%. Los datos son alentadores y reflejan el impacto positivo de las medidas de conservación y la colaboración de las comunidades locales.
Este descenso en las tasas de deforestación puede atribuirse a varios factores, incluyendo el fortalecimiento de las políticas de conservación, la implementación de programas de monitoreo y control más eficaces, y una mayor concientización y participación de las comunidades locales en la protección de sus recursos forestales. Programas de educación ambiental y proyectos de desarrollo sostenible han sido clave para cambiar la mentalidad de las comunidades, promoviendo prácticas agrícolas y de uso del suelo más sostenibles.
Sin embargo, aunque estos resultados son esperanzadores, es crucial mantener y ampliar estos esfuerzos para asegurar la protección y recuperación de los ecosistemas forestales en Colombia. La sostenibilidad de estos logros dependerá de la continuidad y fortalecimiento de las acciones de manejo y conservación, así como de la cooperación interinstitucional y el compromiso constante de todos los actores involucrados.
Municipios específicos como Cartagena del Chairá y San Vicente del Caguán en Caquetá, y San José del Guaviare, El Retorno y Calamar en Guaviare, han mostrado las tendencias más significativas de disminución en la deforestación. Esto sugiere que las acciones localizadas y adaptadas a las necesidades y contextos específicos de cada área pueden ser particularmente efectivas.
No obstante, es importante destacar que, según el reporte, tres de los cinco departamentos donde se concentra el 61% de la deforestación nacional pertenecen a la región amazónica: Caquetá, Guaviare y Putumayo. Los otros dos departamentos con altos índices de deforestación son Meta, con 10,310 hectáreas deforestadas, y Antioquia, con 8,139 hectáreas. Estos departamentos requieren atención prioritaria y esfuerzos redoblados para revertir las tendencias de pérdida forestal.
El informe también resalta una notable reducción de la deforestación en parques nacionales naturales, especialmente en los parques Sierra de La Macarena, Serranía de Chiribiquete, Tinigua y Cordillera de Los Picachos. En 2023, la deforestación en estas áreas protegidas fue de 4.682 hectáreas (5.9% del total nacional), lo que representa una disminución significativa en comparación con las 12.449 hectáreas deforestadas en 2022 (10% del total nacional). La protección de estas áreas es fundamental, ya que son refugios cruciales para la biodiversidad y actúan como importantes sumideros de carbono.
El año 2023 registró la cifra más baja de deforestación de los últimos 23 años, tanto a nivel nacional como en la Amazonia. Aunque estos resultados son alentadores, las proyecciones para los próximos meses no son tan optimistas. La ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible señaló que ya se han registrado aumentos significativos en las cifras de deforestación debido al clima seco causado por el fenómeno de El Niño.
Además, la ganadería, la siembra de cultivos ilícitos, así como la minería y la tala ilegales, continúan siendo las principales causas históricas de deforestación. Estas actividades no solo destruyen el bosque, sino que también degradan el suelo, contaminan las fuentes de agua y alteran los ecosistemas locales.
Mantener y ampliar los esfuerzos de conservación es crucial para consolidar los logros obtenidos. Esto incluye el fortalecimiento de las políticas ambientales, la implementación de programas de monitoreo y control más efectivos, y la promoción de la participación comunitaria en la protección de los bosques. La cooperación interinstitucional y el compromiso constante de todos los actores involucrados serán esenciales para enfrentar los desafíos futuros y asegurar la preservación de la biodiversidad en Colombia.
En resumen, el informe del Ideam sobre la deforestación en Colombia para el año 2023 presenta resultados alentadores y evidencia que las estrategias actuales están teniendo un impacto positivo. Sin embargo, estos avances deben ser vistos como un punto de partida y no como un fin. Es necesario redoblar esfuerzos y mantener una vigilancia constante para garantizar que estas tendencias positivas se mantengan y se fortalezcan a lo largo del tiempo.
La lucha contra la deforestación es un esfuerzo continuo que requiere la participación activa de gobiernos, organizaciones no gubernamentales, comunidades locales y el sector privado. Solo a través de una colaboración sostenida y un compromiso firme podremos asegurar un futuro sostenible para los bosques de Colombia y las comunidades que dependen de ellos.
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