Por: Rev. Pastora Julieth Quevedo,coordinadora de los capítulos locales de IRI en San Vicente del Caguán.
El Servicio de Cambio Climático de Copernicus confirmó que 2024 ha sido el año más caluroso jamás registrado, superando la barrera de los 1.5°C de aumento de la temperatura media anual en comparación con la era preindustrial.

Este fenómeno, lejos de ser una estadística más, se traduce en olas de calor extremas, incendios forestales, sequías prolongadas, lluvias torrenciales e inundaciones devastadoras. Solo en Estados Unidos, el impacto económico de los 27 desastres climáticos registrados en 2024 superó los 1.000 millones de dólares en pérdidas materiales.

El cambio climático ya está aquí y los bosques tropicales son una de las herramientas más valiosas que tiene la humanidad para enfrentarlo. Estas selvas, verdaderos pulmones del planeta, absorben carbono, regulan el clima y sostienen la vida de miles de especies, incluyendo las comunidades indígenas que las habitan.
Para millones de personas de fe en el mundo, el cuidado de la creación es un deber moral y espiritual. En este contexto, IRI-Colombia lidera una misión crucial, movilizando a líderes religiosos, iglesias y organizaciones confesionales para actuar con decisión en la defensa de los bosques amazónicos.
Desde su fundación, IRI ha trabajado en Brasil, Colombia, Perú, Indonesia y la República Democrática del Congo, países que albergan el 70% de los bosques tropicales del planeta. En Colombia, durante seis años, la Iniciativa ha instalado 42 capítulos locales en 14 municipios amazónicos, donde los bosques enfrentan las mayores amenazas.
A través de formación, incidencia política y estrategias de comunicación, IRI-Colombia ha contribuido a la defensa de los derechos de los pueblos indígenas y a la concienciación sobre el impacto de la deforestación. Con la llegada de su Fase 3 de trabajo, la Iniciativa redobla sus esfuerzos para garantizar un impacto aún mayor.
Sin embargo, esta misión no es solo de IRI-Colombia. La protección de los bosques tropicales requiere el compromiso de todos. Es hora de ampliar el alcance de este mensaje, generar cambios profundos en nuestra relación con la naturaleza y asegurar que las generaciones futuras hereden un planeta habitable.
El llamado es claro: asegurar la vida de los bosques es garantizar la vida de la humanidad misma. Sin bosques no hay futuro.
En esta nueva etapa, IRI-Colombia invita a todos a formar parte de este gran movimiento. Cada persona puede contribuir, aprendiendo sobre el valor de los bosques y difundiendo la urgencia de su protección.
El momento de actuar es ahora.
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