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Los líderes religiosos de Bogotá se unen al gran movimiento por la protección de la Amazonía

IRI-Colombia cumplió otro sueño: la puesta en marcha del primer capítulo local en Bogotá. En el acto de instalación participaron líderes religiosos de diversas confesiones, académicos, científicos, autoridades civiles, representantes de comunidades indígenas e instituciones aliadas en el cuidado de la creación.

El 13 de junio de 2025 quedará grabado en la historia de IRI-Colombia como una fecha de gran importancia, porque además de instalar un nuevo capítulo local en la capital del país –el primero por fuera de la Amazonía–, alrededor de setenta líderes religiosos y representantes de comunidades y organizaciones confesionales reafirmaron su compromiso con los bosques tropicales amazónicos desde la fe, la espiritualidad y la conciencia ambiental, y se sumaron a la Iniciativa Interreligiosa para los Bosques Tropicales.

La instalación de IRI-Bogotá contó con la participación de líderes religiosos de diversas denominaciones, como las Iglesias Católica Romana, Bautista, Presbiteriana, Ortodoxa Griega, Episcopal Anglicana, Cruzada Cristiana, Sirio Ortodoxa de Antioquía, Asambleas de Dios, Adventista del Séptimo Día, ACT Iglesia Sueca, el Centro Misionero Bethesda y la Comunidad Soto Zen. De igual forma, acudieron representantes de organizaciones como el Consejo Interreligioso de Colombia, el Consejo Mundial de Iglesias, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, y el Diálogo Intereclesial para la Paz (Dipaz).

“Desde hoy, Bogotá se une a la red de voces espirituales en defensa de la creación. La capital tiene la oportunidad y el deber de convertirse en un centro estratégico de incidencia, conciencia, movilización y conexión con la selva. Lo que está en juego no es un paisaje distante, es nuestra agua, nuestro aire, nuestra alimentación, nuestra paz”, señaló Blanca Lucía Echeverry, coordinadora nacional de IRI-Colombia, quien además de presentar las estrategias de acción y los principales avances de la Iniciativa, instaló de forma oficial el nuevo capítulo, dando inicio a la vida de IRI-Bogotá.

“Es innegable el papel de las religiones para promover la conciencia ecológica. La crisis amazónica invita a una reflexión poderosa, a actuar desde la fe en defensa de los bienes comunes”, señaló Elías Szczytnicki, quien dictó la conferencia “Fe y responsabilidad ética ante la crisis amazónica, un llamado interreligioso por el agua y la vida”.

En su ponencia, el Director Regional para América Latina y del Caribe de Religiones por la Paz se refirió al impacto de documentos como la Laudato Sí, de la Iglesia Católica, y el Al-Mizam, un documento islámico avalado por más de 300 teólogos musulmanes, en la forma de entender el cuidado del planeta desde la fe y resaltó una nueva tendencia que acerca abiertamente los liderazgos espirituales a la protección de la naturaleza, movidos precisamente por sus convicciones religiosas. “En público defendemos el medio ambiente, los bosques tropicales porque creemos en un Dios creador”, apuntó.

  • Blanca Lucía Echeverry, coordinadora nacional de IRI-Colombia

El agua, entre la fe y la ciencia

El evento de instalación de IRI-Bogotá contó con un fuerte componente pedagógico, que incluyó dos paneles y una conferencia magistral.

Con el propósito de acercar las dimensiones espiritual y científica, e identificar puntos de encuentro entre ambas, que nos permita avanzar en la protección del bioma amazónico, el panel “Fe y ciencia en diálogo por la defensa y restauración de la Amazonía”, moderado por Carlos Augusto Lozano, asesor senior de IRI-Colombia, abordó dos perspectivas del agua: como un valor espiritual y un recurso que debe ser usado racionalmente y tener gobernanza.

“Para las comunidades amazónicas, el río Amazonas es un ser viviente que nace de la caída de un árbol al que los huitotos llaman Monilla Ayama, el árbol de la abundancia, del alimento, de la vida”, explicó la reverenda Loida Sardiñas, presbítera de la Iglesia Episcopal Anglicana,

quien se refirió al ciclo del agua desde la sacralidad e hizo un recorrido por distintas religiones y espiritualidades para analizar el sentido sagrado del agua en las mismas. De acuerdo con la docente de la Universidad Javeriana, doctora en Teología, el agua es símbolo de vida, salud y bienestar presentes en la mayoría de los mitos de la creación, llamados mitos cosmogónicos.

“IRI-Colombia ha hecho un trabajo de sensibilización y efectiva protección de los bosques tropicales, de los ríos y de las comunidades guardianas. Eso implica poner la influencia ética, religiosa, espiritual, de las comunidades y líderes religiosos al servicio de esa sensibilización y concientización de la protección y el cuidado de la Amazonía. Es innegable este papel de las religiones en fomentar una conciencia ecológica”, agregó la religiosa.

Por su parte, el especialista en Derecho Ambiental, Mauricio Madrigal, señaló que cada persona, grupo u organización se relaciona con el agua de diferentes maneras. “Cuando esa relación es de cuidado o de protección es bienvenida”, expresó el abogado, magíster y Ph.D en Derechos Humanos, quien se refirió a factores sociales y económicos como el racismo estructural o la contaminación por mercurio, plomo o cadmio, que inciden en la gobernanza del agua, entendida como una integración de conocimientos y saberes en la toma de decisiones sobre el líquido vital.

“El fin máximo de la gobernanza del agua debería ser garantizar el derecho humano al agua, los derechos de los ríos y en últimas una justicia hídrica”, agregó el docente de la Universidad de los Andes y Especialista en Incidencia Política, en WWF Colombia.

La selva y la ciudad

El segundo segmento de la agenda académica estuvo a cargo del biólogo de la Universidad Nacional y experto en ecosistemas acuáticos, Carlos Alberto Rivera, quien dictó la conferencia magistral “Relaciones entre la Amazonía y el ciclo hídrico de Bogotá”, un espacio clave para entender la conexión entre la selva amazónica y las ciudades.

El docente de la Universidad Javeriana y miembro del Instituto Javeriano del Agua se refirió a las dinámicas físicas que conectan los ciclos del agua de la Amazonía colombiana y de la zona andina.

El científico, doctor en Ecología Fundamental y Aplicada, abordó temas como la variedad del clima ecuatorial, el impacto de la deforestación en el agua, los ríos voladores y la conexión entre el clima de la Amazonía y las precipitaciones en la región central de Colombia, entendida como un área que abarca los departamentos de Cundinamarca, el Distrito Capital y buena parte del Tolima.

“El cuidado de las cuencas es clave en Bogotá, porque su agua depende de la Amazonía, pero no es claro si el aporte de agua de esa región será continuo, en especial, debido a las tasas de deforestación, que tienen un alto impacto en los ríos voladores”, alertó el científico.

Una mano a la justicia ambiental

“Hay una interrelación entre la vida, que la entendemos desde nuestros marcos culturales, éticos, espirituales o religiosos”, señaló el Asesor Político de Rainforest Foundation Norway, David Ricardo Flórez, quien moderó el segundo panel, denominado “La Amazonía y Bogotá: los retos de una relación ignorada”, un espacio de reflexión sobre el papel que puede cumplir IRI-Bogotá en la protección de la Amazonía, como un núcleo de trabajo que desarrollará sus acciones desde la región central del país y cómo ayudar a las comunidades de fe de la región andina a comprender mejor la Amazonía y sus aportes.

“Me encanta ver como hoy estamos reunidas tantas personas, unidas por la empatía, la sensibilidad y el respeto por la casa común”, expresó la ingeniera ambiental María Daniela Pulido, especialista en sistemas de información Geográfica, docente y directora de investigación de la Fundación Universitaria Navarra..

A partir del análisis del componente hídrico, durante su intervención la docente y directora de investigación de la Fundación Universitaria Navarra, explicó la interrelación que existe entre las regiones amazónica y andina. “Acá tenemos tres cordilleras. La Oriental es muy importante porque es la que conecta directamente con la Amazonía. Bogotá y Cundinamarca se ubican en un punto estratégico que divide las cuencas hidrográficas: las aguas tributarias del río Magdalena y las que drenan hacia los llanos orientales que, a su vez, drenan agua hacia la Amazonía”, explicó la docente e investigadora de la Fundación Universitaria Navarra.

“Un buen punto de inicio es reflexionar sobre el valor que le damos a las cosas. Y ese valor depende en gran medida de poder identificar los beneficios que genera, por ejemplo la naturaleza”, señaló el ingeniero agrónomo Liven Fernando Martínez, Ph.D. en Turismo, Economía y Gestión.

El docente e investigador de la Universidad Nacional de Colombia abordó otros servicios ecosistémicos como el proceso de formación del suelo, fundamental para la vida en el planeta, y la urgencia de reconocer, por una parte, el valor sagrado de la vida, y por otra, que el ser humano no es la única forma de vida con derecho a existir. “Coexistimos con otros seres, compartimos este espacio en la biósfera, en nuestro planeta. Así como nosotros tenemos derechos, la naturaleza también debería tenerlos”, sentenció el académico, magíster en Medio Ambiente y Desarrollo.

Sin bosques no hay futuro

“Huracanes, inundaciones e incendios forestales están a la orden del día en el panorama mundial, cada vez con más frecuencia, cada vez con más intensidad, tal como han predicho los científicos durante décadas”, enfatizó Diana Cristina Carvajal, oficial de comunicaciones de IRI-Colombia, quien presentó “Sin bosques no hay futuro”.

Esta ambiciosa campaña de comunicaciones busca ampliar la conciencia de los colombianos sobre la importancia de los bosques tropicales amazónicos, su papel esencial en el ciclo del agua y en la prevención de emergencias causadas por eventos meteorológicos extremos como sequías y lluvias severas.

“El agua es un elemento esencial para la existencia y es la vida lo que está en riesgo si no actuamos para protegerla. Sin agua no hay vida. Sin bosques no hay agua. Sin bosques no hay futuro”, advirtió la comunicadora.

Con su presentación concluyó la instalación de IRI-Bogotá. La creación de este nuevo capítulo local forma parte de la estrategia de intervención territorial de IRI-Colombia y busca fortalecer la presencia de la Iniciativa en contextos urbanos estratégicos, mejorar la articulación entre la ciudad y la Amazonía, y consolidar una red nacional de incidencia interreligiosa en defensa del bosque tropical amazónico y la justicia climática.

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